sábado, 10 de septiembre de 2011

Ronaldo: único y guerrero


El último 14 de febrero, Ronaldo anunció su retiro del fútbol profesional. Entre lágrimas, el anuncio del fenómeno fue un duro golpe para sus seguidores, quienes no olvidan sus miles de jugadas, cientos de goles y un sinfín de acciones inolvidables.


Ronaldo, el brasileño, el original, fue uno de los mejores delanteros que el fútbol dejó. Uno de los pocos que podía resolver un partido con alguna genialidad a base de potencia, y que en la década de los 90 estaba llamado a terminar con la polémica entre Maradona y su compatriota Pelé; sin embargo, en una carrera en pleno ascenso -con botín de oro incluido-, las lesiones comenzaron a ser una constante. Pero el “fenómeno” regresó siempre, ante la alegría de quienes también sufrían por cada lesión del goleador, porque Ronaldo siempre desempeñó el papel de héroe trágico, adorado por todo el mundo, quien lo convirtió en un patrimonio de la humanidad.

Ronaldo Luis Nazario de Lima, o simplemente Ronaldo, nació en uno de los barrios más pobres de Río. Su origen es el mismo que el de la mayoría de los cracks brasileños: en medio de la pobreza y el hambre.

“Nunca fui callejero, pero sé muy bien lo que es la pobreza”, declararía Ronaldo ya en su etapa de estrella de fútbol.

Ronaldo bajo los tres palos:

Pocos saben que Ronaldo empezó de arquero. El técnico del Tennis Club Valqueire lo colocó en esta posición, pero ante la insistencia de Ronaldo, lo ubicó en la delantera. Tal fue la sorpresa de los dirigentes del pequeño equipo de fútbol sala que decidieron que jugara también en el Club Social Ramos. En su primer año hizo 84 goles, una cifra inimaginable en aquellas épocas.

Su carrera profesional:

En el Campeonato Juvenil Carioca de 1991 marcó 65 goles con el Sao Cristovao, lo que asombró a todos y empezó a mover rápidamente su nombre (tres años después debutó en el mundial del 94 con la selección absoluta de su país).

En diciembre de 1992 Ronaldo fichó por el Cruzeiro. Con 17 años demostró al mundo entero lo que era capaz en el Cruzeiro. Allí batió todos los registros goleadores. Eso le sirvió como trampolín hacia Europa.

Ronaldo emigró a Europa con tan solo 17 años. Haber formado parte de la delegación campeona del mundo –aunque no jugara ni un minuto- fue suficiente para que el PSV Eindhoven lo contrate. Aunque el club holandés pagó apenas 50 mil dólares, Ronaldo necesitaba una liga cómoda para adaptarse al fútbol del viejo continente. Además, Romario, un referente para el “fenómeno” había pasado grandes momentos en el PSV y no dudó en recomendarlo a los dirigentes holandeses. Luego de una impresionante temporada, donde se coronó como campeón y goleador de su equipo y fue elegido como mejor jugador del torneo, dio el gran salto al FC Barcelona a cabo de 20 millones de dólares por un contrato de ocho años, aunque, pese al gran nivel que mostró ('pichichi' y 'Bota de Oro'), Ronaldo solo permaneció un año -dos temporadas- en la escuadra catalana. Factores económicos impidieron que el fenómeno hubiese marcado una época en el club azulgrana. 



El Inter de Milán sí aceptó pagar lo que Ronaldo solicitaba. En plena cresta de su nivel, empezó lo que sería una constante hasta el final de su carrera: las lesiones. 

En 1998, antes de la final del Mundial, sufrió unas extrañas convulsiones –se dice que producto de una mala infiltración para controlar una lesión muscular que arrastraba-. En aquella final Ronaldo estuvo lejos de su mejor nivel y su selección cayó goleada ante la anfitriona Francia por 3-0, en una derrota que hasta este momento duele a todos los brasileros.

Posteriormente, en un mal movimiento en una de sus habituales carreras, se lesionó gravemente de la rodilla. La imagen del grito de dolor del astro mundial permanece en la retina de todo aquel que vio a Ronaldo retorciéndose con lágrimas en pleno campo de juego. Todo parecía que su final deportivo se acercaba, pero no fue así. Volvió, pero en el Inter no acabó de brillar y los dirigentes ya no lo consideraban de la misma manera.

Pronto llegó el Mundial de Corea y Japón, donde Ronaldo fue el goleador con 6 tantos y uno de los mejores jugadores del torneo junto con el arquero alemán Oliver Kahn. El Mundial revalorizó su cotización en el mercado y lo puso nuevamente en la mira de los principales clubes como el Real Madrid, que por aquel entonces estaba conformando el “equipo galáctico". Aunque no mostraba su mejor estado físico, Ronaldo mantenía intactas las características y visión de juego de un goleador letal, aunque, nuevamente, una lesión a la rodilla le impidió disputar la semifinal de la Liga de Campeones del 2003.

En el año 2006, luego del mundial de Alemania –y ya convertido en el máximo goleador de los mundiales-, Ronaldo parte nuevamente a Italia, pero esta vez para jugar por el Milán –el eterno rival de su ex club, el Inter de Milán-. En esta nueva etapa, al igual que cuando estuvo en el Real Madrid, las lesiones-y con ellas las largas recuperaciones- no cesaron. A esto se le sumó un problema de tiroides que lo alejaba de un estado físico ideal. 

En el 2008 decidió regresar a su país, al que lo vio nacer y crecer como futbolista. Cuando todos pensaban que ficharía por el Flamengo –club del cual es hincha-, Ronaldo escogió al Corinthians. En el `Timao` dio muestras de las habilidades que lo llevaron a ser considerado el mejor jugador del planeta; sin embargo el problema con su peso y sus lesiones musculares lo ponían en el centro de las críticas de los aficionados.

Se despide un grande:

A inicios de este año, cansado de las críticas por su estado físico, Ronaldo toma la difícil decisión de retirarse de la actividad futbolística profesional. 



"Vine para hablar de que estoy cerrando mi carrera como jugador profesional. Fue una carrera linda, maravillosa, emocionante; tuve muchas derrotas, muchas victorias, hice muchos amigos y no recuerdo haber hecho ningún enemigo, en fin... Es muy duro abandonar algo que me hizo tan feliz, que tanto amé y con lo que quería seguir, porque psicológicamente quiero mucho, pero tengo que asumir algunas derrotas. Perdí para mi cuerpo", explicó Ronaldo en medio de lágrimas durante la rueda de prensa el día que anunció su retirada.

El pueblo futbolístico también lloró por su partida. Se iba un grande, un ídolo, el máximo goleador en la historia de los mundiales y uno de los pocos jugadores que ganó todos los premios y torneos que disputó –excepto la Liga de Campeones-. Ronaldo fue un delantero que luchó contra todos, que mantuvo la misma humildad en su mejor momento y cuando se retiró. Un ejemplo de lucha, de perseverancia y que únicamente fue derrotado, como el dijo, por su cuerpo.

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